La timidez se caracteriza por una sensación de inseguridad o vergüenza en uno mismo que una persona siente ante situaciones sociales nuevas y que le impide o dificulta entablar conversaciones y relacionarse con los demás.
No hay que confundirlo con la fobia social que es mucho más grave. El tímido reconoce sentirse incómodo ante determinadas situaciones sociales pero no compromete ninguna otra habilidad o aptitud mientras que el fóbico social presenta graves limitaciones en su vida diaria.
¿Cómo superar la timidez?:
Combatiendo los pensamientos negativos. Desde el momento en el que nos encontramos ante una situación difícil, una gran cantidad de pensamientos negativos nos asaltan de forma automática como “no lo conseguiré nunca”, “todos se reirán de mí”. Es importante que sepamos que no somos tanto el centro de atención como creemos.
Relajándonos como respirar tranquilos, pensar en cosas agradables para calmarnos y que la presión disminuya.
Queriéndonos. El origen de la timidez es la falta de confianza en uno mismo. Sé consciente de todas tus cualidades. Enumera todos tus puntos fuertes y no olvides recordarlos cuando dudes de ti mismo.
Exponiéndote ante situaciones que temes. El mejor método para cambiar es ponerse a prueba. Si sólo haces que evitar las situaciones que te producen ansiedad, no progresarás nunca. Responsabilízate del problema, enfréntate a tus miedos, pero hazlo poco a poco.
Pidiendo ayuda si se necesita. Para trabajar desarrollo personal, terapias de comportamiento y cognitivas. El objetivo es guiar al paciente a que obtenga un buen conocimiento de sí mismo mediante pruebas y ejercicios.